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Una multitud completó la peregrinación juvenil a Luján pese al temporal
A pesar de la lluvia torrencial y el fuerte viento, una multitud de devotos completó la 51ª Peregrinación Juvenil a Luján, cubriendo los más de sesenta kilómetros de caminata hasta la Basílica de la Virgen Patrona de la Argentina.
El evento de fe, que se consolidó como uno de los más convocantes del país, culminó este domingo con una misa de cierre inusual: debido al alerta naranja del Servicio Meteorológico Nacional, la ceremonia debió realizarse dentro de la Basílica, dejando la Plaza Belgrano desierta.
Esperanza para un país más justo y fraterno
Bajo el lema “Madre, danos amor para caminar con esperanza”, la peregrinación juvenil se convirtió en un acto colectivo de resistencia y compromiso.
García Cuerva subrayó que “caminar con esperanza es no aflojar, es confiar en los que van a nuestro lado” y “no dejarnos ganar por el desaliento y la tristeza, es seguir adelante aunque la violencia y la injusticia parezcan imponerse”.
El sacerdote concluyó su mensaje con una promesa de compromiso social por parte de la feligresía: “No aflojamos y nos comprometemos a no abandonar los sueños de construir un país más justo y fraterno”.
Además, instó a los creyentes a seguir “unidos, mirando con misericordia a quienes más sufren”, y cerró la emotiva ceremonia con un “Viva la Virgen, Viva la Argentina”, un final que resonó fuertemente entre los fieles congregados.
La procesión partió el sábado desde el Santuario de San Cayetano en Liniers y atravesó seis municipios bonaerenses, demostrando una vez más el poder de la fe ante las dificultades climáticas y sociales.
El mensaje de esta peregrinación: No a la indiferencia ante la pobreza
El Arzobispo de Buenos Aires, Jorge García Cuerva, presidió la misa central y emitió una homilía que combinó realismo social con un fuerte mensaje de esperanza y compromiso ante la adversidad que atraviesa el país.
García Cuerva sentenció que a muchos argentinos “les pesa la pobreza y las consecuencias del narcotráfico”, un dolor que fue traído “en la mochila del alma” de cada peregrino.
El Arzobispo fue enfático al asegurar que los fieles caminaron también por los más afectados, “porque no queremos ser un pueblo indiferente ante tanto dolor, ni tampoco dejarnos ganar por la impotencia del no se puede”.
