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Alertan por fiebre amarilla y la OPS pidió tomar recaudos

La Organización Panamericana de la Salud (OPS) alertó sobre la expansión del virus de la fiebre anarilla y llamó a reforzar la vacunación para prevenir nuevos brotes
La Organización Panamericana de la Salud (OPS) emitió una alerta epidemiológica por el aumento de casos de fiebre amarilla en América durante los primeros meses del año. Hasta el 22 de marzo, los casos confirmados se duplicaron en comparación con el total registrado en 2024, lo que genera preocupación por una posible expansión de la enfermedad.
En lo que va del 2025, se confirmaron 131 casos humanos, con 53 fallecimientos. En 2024, la cifra total fue de 61 casos y 30 muertes. Los países más afectados son Brasil (81 casos, 31 fallecidos), Colombia (31 casos, 13 muertes), Perú (18 casos, 8 fallecidos) y Bolivia (1 caso, 1 muerte).
Preocupación por la expansión del virus
La OPS destacó la aparición del virus en zonas previamente no afectadas, como el departamento de Tolima, en Colombia, donde desde octubre de 2024 se registran contagios. La cercanía del brote con áreas urbanas densamente pobladas, como el estado de Sao Paulo en Brasil, también aumenta el riesgo de una propagación masiva.
Según el organismo, la fiebre amarilla es una enfermedad viral grave transmitida por mosquitos y prevenible mediante vacunación. La mayoría de los casos confirmados corresponden a personas no vacunadas.
Estrategias de prevención por fiebre amarilla
La OPS instó a intensificar la vacunación en zonas de riesgo, con una cobertura superior al 95%. También recomendó revisar las reservas de vacunas, implementar planes de respuesta rápida y asegurar que los viajeros a áreas endémicas estén informados y protegidos.
En febrero, el organismo advirtió que el riesgo de brotes en la región es “alto” y subrayó la importancia de fortalecer la vigilancia epidemiológica. La fiebre amarilla incuba en el cuerpo entre 3 y 6 días y puede presentar síntomas como fiebre, dolor muscular intenso, náuseas y vómitos.
La vacunación sigue siendo la herramienta más efectiva para prevenir la enfermedad y evitar una crisis sanitaria mayor en la región.
Aedes aegypti, un viejo conocido
La fiebre amarilla es una enfermedad viral grave transmitida por mosquitos que puede ser mortal y que es prevenible mediante la vacunación. La gran mayoría de los casos detectados corresponden a personas no vacunadas. El “amarillo” en el nombre de esta patología se refiere a la ictericia (color amarillo en la piel) que afecta a algunos pacientes.
La transmisión solo se produce por la picadura de ciertas especies de mosquitos infectados. No se transmite a través del contacto personal, objetos, etc. El principal vector en las ciudades es el mosquito Aedes aegypti, especie que también transmite los virus del dengue, zika y chikungunya. Si bien cualquier persona puede contraer la fiebre amarilla, las personas de mayor edad y los niños, tienen mayor riesgo de presentar una enfermedad grave.
La enfermedad comienza en forma brusca, con mucha fiebre, escalofríos y dolor de cabeza. Además, pueden aparecer dolores musculares, náuseas y vómitos. Hay formas que cursan con síntomas leves e inespecíficos. Muchas veces, las formas graves causan hemorragias, insuficiencia hepática y falla orgánica múltiple.
Es fundamental consultar rápidamente al equipo de salud ante la presencia de algunos de los síntomas mencionados y no automedicarse. Los antifebriles de uso habitual pueden ser extremadamente perjudiciales.
Vacunación, la clave
En la alerta emitida el 27 de marzo, la OPS insta a intensificar la vacunación en zonas de riesgo, buscando coberturas homogéneas superiores al 95%. La vacunación es la herramienta más eficaz contra la enfermedad. Además, recomienda a los países revisar sus reservas de vacunas, contar con planes de respuesta rápida ante brotes y asegurar que los viajeros a áreas endémicas estén informados y vacunados.
Desde la epidemia de fiebre amarilla en Brasil entre 2016 y 2018, la amenaza para la salud pública de la enfermedad ha resurgido en las Américas. El virus de la fiebre amarilla se mantiene en un ciclo selvático entre algunas especies de mosquitos y primates no-humanos de 13 países y territorios de la región. Desde 1960, ha causado 9.591 casos en humanos y 3.444 muertes.
En febrero pasado, basándose en el aumento de casos en varios países durante los últimos meses de 2024 y las primeras semanas de 2025, la OPS publicó una evaluación de riesgos en la que consideró que el riesgo de brotes de fiebre amarilla en la región es alto.
La OPS seguirá monitoreando la situación y apoyando a los países para que se adopten las mejores estrategias de vigilancia, prevención y control de la fiebre amarilla.
