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Caso Giubileo: a 40 años, el misterio que marcó la historia policial argentina
El caso Giubileo es, sin lugar a dudas, uno de los mayores misterios de la historia policial argentina. A cuatro décadas de su desaparición, ocurrida en junio de 1985, la figura de la médica Cecilia Giubileo sigue envuelta en interrogantes, silencios institucionales y teorías escalofriantes.
Lo que ocurrió aquella noche, en la Colonia Montes de Oca, un hospital psiquiátrico para dos mil enfermos mentales de ambos sexos en la localidad bonaerense de Torres, permanece sin respuesta, pese a las cientos de declaraciones, rastrillajes y denuncias.
La doctora, de 39 años y con una vida marcada por la militancia política, los estudios en Córdoba y el ejercicio de su profesión en condiciones complejas, desapareció sin dejar rastros visibles. El último registro confiable indica que atendió a un paciente en el Pabellón 7, cerca de las 21.30 del domingo 16 de junio de 1985, y luego caminó 500 metros hasta su dormitorio. En ese trayecto, tuvo breves encuentros con otros empleados de la institución. Después, nunca más se supo de ella.
Un escenario de sospechas
Cuando el sol salió el lunes 17 de junio, Giubileo ya no estaba. Su auto, un Renault 6, permanecía cubierto de escarcha, intacto, aunque sin una gota de combustible. En su habitación no había pertenencias, ni bolso, ni maletín médico. Al principio no hubo alarma. La denuncia formal de su desaparición recién se hizo dos días después en la comisaría de Torres, pequeña localidad pegada a Luján.
Desde entonces, el caso Giubileo pasó a convertirse en una telaraña de hipótesis: desde una fuga voluntaria hasta un secuestro, un crimen pasional o una represalia por conocer oscuros secretos del neuropsiquiátrico. Las pistas, débiles o inconexas, nunca lograron trazar una línea clara.
Una interna de la Colonia fue hallada días después, desnuda y en estado de shock, en una casilla rural. Afirmó haber visto a Cecilia Giubileo golpeada y atada. Aunque su relato fue desestimado judicialmente, por tratarse de una paciente psiquiátrica, dejó flotando la sensación de que algo más grave había ocurrido.
Las teorías que marcaron el caso
Desde el principio, el entorno personal y profesional de la médica fue escudriñado con obsesión. Se habló de relaciones sentimentales con compañeros de trabajo, de un presunto vínculo con el pasado político de los hermanos de su exmarido, que habían militado en el ERP, e incluso de tráfico de órganos, córneas y sangre dentro del hospital.
Ese último camino desató una serie de rumores tan inquietantes como imposibles de comprobar. Con los años, se acumuló información sobre irregularidades, abusos, apropiación de bebés de internas y desapariciones silenciosas de pacientes. Muchos se preguntaron si Cecilia, desde su rol médico, había comenzado a investigar algo indebido.
El silencio institucional fue otro actor clave. Apenas horas después de su desaparición, se pintó el dormitorio donde pasó la noche, lo que podría haber hecho desaparecer evidencias cruciales. Con el correr de los días, se multiplicaron los testimonios, pero también las incongruencias. Algunos aseguraban haberla visto en diferentes provincias. Otros aportaban datos vagos, como una cinta de audio donde una mujer afirmaba ser Cecilia y pedía que no la buscaran más. Nada fue concluyente.
Un expediente que nunca encontró justicia
El caso Giubileo se archivó como una “búsqueda de paradero”, sin un solo imputado firme, pese a haber reunido más de 700 fojas. En total, más de 600 personas declararon entre médicos, pacientes, vecinos y allegados. También se desplegaron brigadas caninas, se revisaron túneles y sótanos. Pero todo terminó en la nada.
El único detenido fue Florencio Eliseo Sánchez, entonces director de la Colonia. Su figura fue señalada como una de las más poderosas del lugar. Murió en prisión sin aportar detalles. Quienes trabajaban bajo su órbita mantuvieron, en general, un silencio inquebrantable.
El paso del tiempo y la falta de resultados concretos llevaron a que la causa prescribiera. Ni siquiera el testimonio más íntimo de la madre de Cecilia, María Josefa, logró reavivar la investigación. Ella aseguró que, meses después de la desaparición, siguió recibiendo llamadas con una señal secreta que compartía con su hija: un primer llamado breve, corte, y luego otro. Nunca se supo quién estaba del otro lado de la línea.
El caso Giubileo dejó en evidencia no solo la desaparición de una médica comprometida con su vocación, sino también un sistema donde la salud mental convivía con la negligencia, el ocultamiento y el abandono.
A 40 años del silencio
Hoy, en 2025, se cumplen cuarenta años de una de las desapariciones más intrigantes de la democracia argentina. El caso Giubileo sigue generando dolor e impotencia, tanto para su familia como para la sociedad que aún espera justicia. En una época en que los derechos humanos y la verdad ganaron terreno, este enigma permanece sellado, como un espejo oscuro de lo que fue y, en muchos aspectos, sigue siendo el sistema de salud mental en Argentina.
A 40 años de su desaparición, el caso Giubileo sigue siendo uno de los mayores misterios sin resolver de la historia policial argentina.
