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Taylor Swift empieza a regrabar sus primeros discos
La cantante puede recuperar su catálogo si crea versiones de sus 6 primeros discos. El conflicto abierto con su antiguo manager, Scooter Braun, que ha mercadeado sin remilgos con los derechos de las canciones de su representada, ha llegado a un punto de no retorno esta semana.
La cantante posee la propiedad de las letras que escribió pero no de las grabaciones (audio), así que esta salomónica decisión es la que le puede devolver la propiedad de sus obras. «Espero que comprendan que esta es mi única forma de recuperar el orgullo que una vez tuve al escuchar canciones de mis primeros seis álbumes y también de permitir que mis seguidores escuchen esos álbumes sin sentimientos de culpa por beneficiar a Scooter», ha declarado la cantante en sus redes sociales, donde ya ha confesado que volver a grabar sus viejas canciones ha sido una experiencia «emocionante y satisfactoria en lo creativo».
El propietario de sus masters originales podrá seguir comercializándolos, así que cuando Swift publique estas regrabaciones habrá dos versiones originales de esos seis discos de Taylor Swift disponibles en las plataformas de streaming. Es de suponer que sus fans harán click sobre las nuevas, pero además, la artista podría enfrentarse a problemas legales, ya que no sería imposible que fuera demandada por plagiarse a sí misma.
Braun compró los derechos de la música que Swift había grabado entre 2005 a 2018 cuando adquirió Big Machine Label, la discográfica de la artista antes de que firmara con Universal Music, compañía que ha publicado sus dos últimos álbumes. Tras dicha adquisición, la cantante explicó vía Tumblr que ese sello tiene los derechos de las copias maestras de sus seis últimos discos; o sea, que la discográfica continuará sacando beneficios de sus grabaciones. En su explicación, se refirió al acuerdo como «el peor escenario» y desveló que se había enterado al mismo tiempo que el resto del mundo, recordando «el acoso incesante y manipulador», a través de sus representados, por parte de Scooter Braun durante años.
La cantante intentó negociar con su ex manager, pero tal como ella misma explicó, «el equipo de Scooter quería que firmara un acuerdo de confidencialidad férreo en el que afirmaba que nunca diría una palabra más sobre Scooter Braun a menos que fuera positivo, antes de que pudiéramos siquiera mirar los registros financieros de BMLG (que siempre es el primer paso en una compra de esta naturaleza). Entonces, tendría que firmar un documento que me silenciaría para siempre antes de que pudiera tener la oportunidad de presentar una oferta por mi propio trabajo».
Ahora, Swift ha anunciado que recibió una carta de una compañía de capital privado llamada Shamrock Holdings «informándome de que habían comprado el 100 por cien de mi música, videos y carátulas», y critica que se intente hacer negocio con sus masters sin que ella pueda hacer nada al respecto, señalando a los culpables con nombres y apellidos. «Me parece que Scooter Braun y sus patrocinadores financieros, 23 Capital, Alex Soros, la familia Soros y The Carlyle Group se han dado cuenta de que pagar 330 millones de dólares por mi música no fue exactamente una decisión acertada y necesitan dinero. En mi opinión, solo es otro caso de codicia desvergonzada en una época como la del coronavirus», ha declarado en su cuenta de Instagram.
